La vida no vuelve. No da segundas oportunidades. No hay manera ni posibilidad de recuperar lo que se perdió, de vivir lo no vivido, de intentar cambiar un pasado que tanto duele.
Se puede tratar de explicar de muchas maneras, pero una de las más bellas es a través de estas palabras de Bertolt Brecht: «La lluvia no vuelve hacia arriba. Cuando la herida ya no duele, duele la cicatriz”. Aclarado esto, ¿qué ocurre si hablamos de olvidar? ¿de perdonar? ¿de redimir?
Margarita García ha arrastrado a lo largo de su vida una montaña de sentimientos encontrados: el amor a su madre frente el dolor por lo sufrido a sus manos; la pasión por unas hijas arrebatadas al nacer y el deseo continuo de regresar a por ellas, frente al miedo atenazando ese deseo primario. La constancia de luchar cada día por su hija enferma, su querida Vanessa, frente a la necesidad –en ocasiones- de cerrar los ojos y dormir para siempre. Desaparecer.
Un día supo qué hacer con tanta angustia. Cómo canalizarla. De qué manera comenzar con un exorcismo largamente pospuesto. Y se sentó a escribir, nos sentamos, para darse cuenta de que las palabras fluían y los sentimientos quedaban expresados tal y como quería reflejarlos. Y así, entre tardes de café y con la música de fondo de las risas de Vanessa, se fue construyendo una historia que ha terminado por ver la luz en forma de libro.
Margarita confiesa sentirse liberada y se sabe arropada por las personas que han leído su libro y le han mostrado su más sincero apoyo. Recibe las felicitaciones por su valentía, a la vez que ha de luchar con los fantasmas de ese pasado que siempre vuelve y que de nuevo se ha presentado ante ella. Sus cicatrices son inmensas, profundas, y además de en su recuerdo están instaladas en su corazón. Un corazón grande e inmenso el de esta asturiana trabajadora y valiente. Cicatrices… es uno de los trabajos más duros y a la vez más hermosos que hemos realizado. Historias como esta y personas como Margarita dan sentido a nuestra vocación. Un libro que nadie debería perderse.
Gracias Mati,amiga, sabes que este libro no estaría aquí si no es por ti, a mí me costaba porque mis recuerdos hacían daño, pero el día que me dijiste que me ayudabas además de nacer este libro nació un lazo más fuerte aún. Aunque hace 20 años que me conoces y siempre has estado ahí, el pasar largas tardes cogiéndome la mano para que pudiera seguir adelante y escuchándome, algo que nadie hizo, y que necesitaba, comprendiéndome, y dando ese calor que hace tanto falta en la humanidad, me ayudaste a liberarme de algo que me quemaba y torturaba. Nunca me dieron la oportunidad de contar mi verdad, quizá porque quien me tenía que escuchar no quiso, pero no pierdo la esperanza de sentarme un día a tomarme ese café tan deseado con dos personas que son las únicas que me interesan, y poder mirarles a los ojos y decirles que nunca las deje de querer.
Y si eso pasa te lo debo a ti amiga, nos queda mucho camino que andar juntas pero estoy tan feliz, porque cuando me dan cariño lo noto rápidamente y tú me lo diste amiga. Siempre digo que tengo una hermana en Barcelona mi Manoli, y ahora tengo también una en Madrid mi Mati, así te siento amiga, espero que siempre que escribas un libro sepan valorar lo que vales, porque tu vales mucho, TE QUEREMOS Vanessa y Marga.
Me interesa mucho leer su libro, pues será algo reconfortante en mi vida, personas como usted o como yo sabemos de cada logro que tenemos en mi caso con mi hija y estoy conciente qu será hasta el fin de mis días, también he aprendido que cuanto mas antes se identifique cualquier problema existen recursos para poder salir adelante, no todo está perdido, adelante y que Dios la bendiga enormemente.