En el 2017 que quedó atrás vieron la luz una gran cantidad de libros que hemos conocido a través de la publicidad directa, las redes sociales, las invitaciones a presentaciones de editores o agentes o, simplemente, porque resultaba imposible no toparte con ellos debido a su ubicación en librerías y escaparates.

En La literata hemos leído mucho y, respecto a las novedades, he de confesar que la mayoría han pasado sin pena ni gloria por las manos y el corazón de esta lectora. No obstante hay dos títulos que, cada uno a su manera, han conseguido dejar una huella indeleble. Uno es La casa entre los cactus, de Paul Pen, y al que ya dedicamos una entrada en este blog. Una obra maestra. El otro es Bye, bye, Heidelberg, escrito por Carmen de la Rosa, una pequeña joya de esas difíciles de encontrar porque, a buen seguro, estará ubicado en algún escondido rincón de la librería a pesar de la excelente edición de Anantes. No obstante merece la pena hacer el esfuerzo de buscarlo y leerlo porque es un libro diferente, muy especial.

Bye, bye Heidelberg es la sexta novela de la autora y con ella se adentra por vez primera en el género policiaco logrando una historia redonda, perfectamente estructurada y con un magnífico ritmo gracias al equilibrio entre la narración y los diálogos. Las medidas descripciones ayudan a que el lector acompañe al protagonista por las calles de la ciudad, un decorado de cuento de hadas convertido en un personaje con peso propio dentro de la historia, o a que se haga una idea real de ese amigo tan especial, Peter, y sus excentricidades. Escrito en presente, el tiempo verbal elegido también es un acierto y confiere un estilo muy peculiar.

Pero el verdadero secreto de su éxito está en la construcción de ese magnífico protagonista, el Kommissar Lucas Mester Japón, un hombre de ascendencia española que se enfrenta a un complicado caso: la investigación del asesinato del concejal de urbanismo de Mannheim, que en principio parece relacionado con la corrupción urbanística que rodea a las abandonadas bases americanas de la Segunda Guerra Mundial. Se debe andar especialmente atento y no fiarse de las apariencias porque puede que las cosas no sean como parecen en un principio e, igual que ese amigo de Lucas viste con ropas de mujer, otros personajes también pueden confundir con sus actos y sus palabras.

Magistralmente, de la Rosa ha creado varias subtramas que se convierten en pequeñas novelas dentro de su novela, de modo especial la historia que va desgranando Estrella, la madre del Kommissar, rodeada de ese entrañable puñado de amigos, y que da aire a la investigación policial recibiéndose como pequeños soplos de aire fresco. Personajes secundarios que pasan a ser protagonistas con inteligentes y sorprendentes giros, algo que siempre se agradece.

En resumen: Bye, bye Heidelberg es un libro diferente, muy especial, que va a suponer el empujón definitivo para su autora. Después de publicar El Al Mizar (2011), El inglés de Serón (2012), La carta de Lucrecia (2014), Amapola 15 (2015) y Acuario con peces rojos (2016), así como numerosos cuentos cortos, Carmen de la Rosa ha dejado claro que ha llegado a la literatura para quedarse. ¿El secreto de su éxito? Un don innato para escribir bonito y una gran capacidad de trabajo. Desde su Heidelberg querido –a donde la llevó el amor– nos ha regalado esta preciosa novela, primera de cuatro que tiene previsto escribir con el Kommissar Lucas Mester Japón como protagonista, una por cada estación del año. Imaginación, talento y trabajo con un excelente resultado. Esperamos, expectantes, el nuevo libro para el que ya tiene título provisional El paseo de los filósofos. Deseando tenerlo en las manos.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Pin It on Pinterest