En La literata no olvidamos que además de escritores somos periodistas. Por eso queremos compartir la entrevista que hemos realizado a LISA McINERNEY, la escritora de moda en Irlanda,
autora de LOS PECADOS GLORIOSOS, su primera novela con la que ha cosechado dos importantes premios. Lisa ha presentado recientemente su libro en España.

Es la autora del momento. Tras ganar dos importantes premios literarios en este 2016, el Premio Desmond Elliot a la primera novela y el Premio Baileys de literatura femenina, Lisa McInerney (Galway, Irlanda, 1981) se ha convertido en la escritora revelación de su país con su última novela, Pecados gloriosos.

Tras una larga etapa como bloguera y una trayectoria literaria en la novela corta, la autora se enfrenta ahora a su éxito como novelista, habiendo sido calificada por el diario The Irish Times como “quizás la escritora de más talento de la Irlanda actual”. Lisa ha visitado España por primera vez para dar a conocer su novela, la excusa perfecta para tener una relajada charla con esta mujer que nos habla de su producción literaria pero también sobre la situación política, social y cultural de la actualidad.

-Lisa, ¿qué vamos a encontrar en su novela? ¿Qué le apetecía expresar?

-Espero que, lo primero, sea una historia entretenida, que la gente la pueda disfrutar y que la encuentren fácil de leer, divertida. Pero por encima de todo espero que la gente pueda aprender o conocer un poco más sobre cómo es la realidad de la vida en Irlanda y en concreto la de cierto tipo de personas a las que no vemos normalmente en los libros, que no suelen aparecer en la literatura de ficción. Pero en primera instancia, lo primero es que la gente lo disfrute.

-¿Cómo se le ocurrió la idea de escribir una novela después de tanto tiempo como bloguera?

Siempre quise ser novelista. Eso es todo lo que quería hacer desde que era muy, muy pequeña. Incluso cuando era bloguera lo fui porque quería ser algún día novelista, quería ser publicada. La idea, los personajes, existieron en mi cabeza durante mucho tiempo, años, y años… todos estos personajes y solamente buscaba una historia en la que encajaran. Recibimos un regalo, algo decorativo que nos regaló un cura, hace muchos años, una piedra. La cogí un día y pensé “oh, se podría matar a alguien con esto”… y así es como surgió. Una señora de mediana edad, más bien mayor, caminando por la calle y teniendo el terrible secreto de que acababa de matar a alguien y que estaba asombrada de que nadie pudiese saberlo, que la gente la mirase y simplemente fuese un día normal para el resto del mundo. Tuve a este personaje, la idea, la piedra… los puse justo en su lugar y surgió.

-Ha ganado dos premios importantes en muy poco tiempo. ¿Los premios pesan? ¿Suponen una presión?

-Sí, mucha. Son dos premios muy importantes en Irlanda y Reino Unido. Pensé que a lo mejor después de cuatro o cinco novelas… pero ha pasado con la primera. Asusta, hay mucha presión. Quiero que a la gente le guste mi siguiente novela tanto como esta, pero no sé si ocurrirá.

-¿Ha marcado esta novela, o este premio, un camino a seguir para las futuras producciones?

-Escribir no es una carrera que recomendarías a la gente porque es difícil, no muy bien pagada… no es una carrera estable, no sabes si vas a poder seguir escribiendo en cinco años, o en diez… así que cuando ganas un premio la gente se confía, hay un alivio porque sé que mis próximos libros serán publicados. Es una confirmación de que no estaba loca, de que estaba haciendo lo correcto y de que puedo escribir libros.

-¿Se siente cómoda con el hecho de que el Baileys sea un premio otorgado a las mujeres y no haya hombres nominados?

-Yo me siento cómoda con ello y la razón es que todavía creo que hoy en día cuando las mujeres escriben libros se analizan en el contexto del hecho de que sean mujer. Cuando escribí este libro no dejaban de decirme que parecía una novela muy masculina, pero cuando estaba en la lista para el Baileys, nadie dijo nada de eso, se valoraba simplemente el trabajo, y el hecho de que yo fuera una mujer no era ya interesante, porque todo el mundo en la lista era una mujer, así que ya nadie preguntó “¿es una novela doméstica? ¿Cómo te sientes respecto a la familia como mujer? …”. Se convirtió en la literatura y no en mí y creo que por eso es un buen premio. A lo mejor no es tan necesario como lo fue cuando empezó, en los 90, que fue como resultado de un listado de libros publicados en el que no había mujeres y el Baileys se gestó como respuesta a esto. Igual si pasan veinte años a lo mejor no lo necesitamos tanto o no es tan importante… pero creo que ahora sí lo es. Todos los premios literarios son buenos… Con el otro premio que gané, nadie pensó “¿y qué hay de las segundas novelas? ¿Por qué sólo para las primeras?”. Pero todo el mundo me pregunta sobre el Baileys: “¿por qué solamente mujeres, por qué no hombres?” Es muy triste…


-Y la popularidad, ¿ha sido difícil?

-No realmente, me encanta. Irlanda es un lugar muy vibrante, apasionante cuando hablamos de literatura. Hay muchos autores irlandeses. Los irlandeses están interesados en los libros y acuden a lecturas… pero no les importa mucho lo personal. No ha cambiado nada tanto. Pero está bien que te ofrezcan ir a eventos a otros sitios, a otras partes del mundo, es agradable, es bueno. Estoy muy feliz.

-¿Qué opina de la concesión del Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan?

-No lo sé, realmente, porque cuando se anunció me quedé sorprendida, como “¿perdona?… no es un escritor”, pero luego leí opiniones de otra gente en las que decían que Bob Dylan era un muy buen poeta y que apoyaban el premio en el hecho de que porque cante sus poemas no quiere decir que no sean poemas, así que habla de poesía, algo que evidentemente se hace a través del lenguaje y eso me hizo pensar que igual estaba bien. Pero nunca fui una gran fan de Bob Dylan, así que ahora siento como que tengo que escuchar su música porque tiene un premio Nobel de Literatura.

-Sobre la universidad. ¿Cree que es importante a nivel intelectual y emocional?

Yo no terminé la universidad. Hice dos años y lo dejé y tuve un bebé… (risas). Pero creo que la universidad, la educación, es importantísima, a cualquier nivel. No sé si ayuda a la gente a convertirse en escritor, aunque sé que hay gente a quien sí. En Irlanda muchas personas van al Trinity College y estudian Másters de creación literaria… ha habido muchos escritores que han salido de ese sistema. No creo que sea realmente necesario para un escritor. Pero en general, me preocupa nuestra educación en Irlanda. Creo que solía ser fantástica y que se ha convertido en menos fantástica, o que la gente está menos interesada en ella y que se ha vuelto muy difícil para la gente acceder a ella, que es más difícil el acceso para la gente de entornos más pobres de lo que solía. Y eso da mucho miedo porque la medida de valorar el éxito de cualquier país o sociedad está en la educación. Y si tienes gente peor educada, toman decisiones menos basadas en la educación.

-¿Cree que hay una razón detrás de eso?

-Creo que una de las razones es la austeridad en Europa. La educación se ha convertido en menos importante para los gobiernos, no quieren gastar tanto dinero en asegurarse de que todo el mundo tiene la oportunidad de llegar a la universidad. Ya no es una prioridad para ellos, así que eso es parte de la explicación. No sé, creo que me gustaría pensar que todo el mundo tiene interés por aprender, pero no sé si ese es el caso, quiero pensar que sí pero no sé. Creo que la austeridad ha sido muy mala para la educación. Solo puedo hablar por Irlanda. En Irlanda hay gente que piensa “oh, universidad, ¿qué te puede enseñar?” o “La universidad, eres un elitista, has tenido muchas ventajas, no es para todos” y es algo muy malo, que la gente vea la educación como algo elitista, algo que te hace demasiado pijo, es muy estúpido… Ahora vemos al señor Trump en América… y es parte de lo mismo, la gente se siente orgullosa de no saber nada, de ser ignorantes, y piensa que los que pasan por la universidad no son parte de la vida real. ¿Cómo que no son parte de la vida real? Por supuesto que lo son, la universidad ayuda a avanzar. Sobre todo cuando vemos estos brotes de racismo o de xenofobia, eso es en parte porque la gente no entiende la vida en otros países, no se interesan y eso es terrible. Ese es el verdadero daño que se hace cuando no se tiene educación, o no hacer de la educación una prioridad, es que te encuentras con ideas populistas estúpidas, soluciones simples para problemas muy complejos.

-Ya que mencionamos a Trump, ¿le recomendaría leer su novela?

A Donal Trump le daría muy fuerte con mi libro en la cabeza, varias veces (bromea)… No ya en serio… No sé si lee ¿lee? No creo que sea lector. Parece un hombre que no ha leído un libro. No creo ni siquiera que haya escrito sus propios libros. Es simplemente… oh me enfada mucho, mucho… no sé si leer el libro le haría entender la realidad de Irlanda, la vida de otras personas… me gustaría que así fuera, pero no sé si los libros son tan poderosos. Si hay gente que no quiere entender la vida de las personas no lo hará y un libro no cambiará eso. Si la gente está interesada en las vidas de otras personas, en leer el libro, sí, pero para quien no esté interesado y para quien decide que odia a la gente de cierto lugar determinado de la sociedad… un libro no lo cambiará. Así que no me siento muy segura del poder de la literatura ahora mismo, porque en un mundo como este, me hace sentirme un poco triste.

-¿Cómo es la Lisa que no escribe? ¿Qué más hace?

-Nada. Soy muy afortunada de poder solamente escribir, de no tener que hacer nada más. Otros escritores también dan clase, pero yo no. Escribo desde casa, todos los días, pero escribo historias cortas, novelas y ahora estoy escribiendo un guión. Es agotador, en realidad.

-¿Cuál es su próximo proyecto?

Mi próxima novela se desarrolla en el mismo mundo, definitivamente, y vuelven algunos de los mismos personajes, aunque no es una secuela real, es un libro en el que espero que la gente no tenga que leer el primero pero se desarrolla en el mismo mundo, porque eso es en lo que estoy interesada ahora mismo, en escribir sobre la clase trabajadora en Irlanda o lo que creo que es la Irlanda real, ahora es lo que me interesa. Pero, como te decía, en cinco años, diez años podría estar escribiendo algo al estilo Juego de tronos, no lo sé. Ahora estoy con el guión y con proyectos para series de televisión, así que es todo parte de lo mismo.

-¿Cómo se siente respecto a la crítica que juzga su obra? ¿Cree que los lectores son condicionados por las críticas?

-Creo que los críticos son importantes. Es muy difícil que los críticos hablen de tu obra en Irlanda y UK, porque hay muchos libros. El hecho de que hablen de ti es bueno y que lo haga la gente que lee el libro y está involucrada, mejor. Cuando hay buenos críticos los tienes en cuenta. Creo que la crítica es importante. No sé cuánta atención le dan los lectores a la crítica, creo que es más el boca a boca. Las librerías son geniales para eso, los libreros recomiendan y puede que eso tenga más peso, puede.

-Cuando alguien se convierte en tan popular… ¿Afecta la presión por las ventas a la calidad de lo artístico?

-Podría pasar. Creo que a veces la ficción literaria puede ser complicada y los temas son complicados, pueden ser poco agradables, son un reto y a veces los libros de ficción comercial que se venden muy bien tienden a buscar un lector más fácil, con romance, humor, elementos de crimen… no sé si es una buena idea decir que una cosa es más artística que la otra, porque eso hace que los autores de literatura comercial se sientan mal pensando “no somos suficientemente artísticos” e incluso hace que los lectores se sientan mal por leerlos. Así que no creo que sea una buena idea separarlos en ese sentido, pero creo que la ficción literaria puede ser un reto para leer. Está bien leer un libro difícil y luego algo más relajado, más divertido.

-¿Le da miedo que la vean detrás de su obra? ¿Que el autor y la voz narrativa se asemejen?

-No me importa que los relacionen, porque gran parte de la idea que tengo de mi identidad está relacionada con mi obra. No me importa. Es difícil al principio enseñarle a gente cosas que has escrito y que asuman cosas de ti, da mucho miedo. Pero cualquiera que escriba debe hacerlo, tienes que arriesgarte a que la gente piense cosas de ti, a que se forme una opinión y decidan que eres genial o que eres terrible o algo así. Es un riesgo que tienes que correr. No sé realmente cuánta distancia hay entre la voz narrativa en el libro y yo misma, pero hay mucho de mí, de mis opiniones, en el libro. Sin embargo, es importante para el autor quedarse fuera de la novela en la medida de lo posible, tanto como pueda, porque de otro modo lo que estás escribiendo es una gran conferencia. No quiero que la gente piense que estoy predicando o que intento darles una lección porque no debería ser una lección sino simplemente algo que les guste leer.

-¿Cree que la crítica puede pensar que pueda ser una novela confesional porque haya sido escrita por una mujer?

-Creo que cuando una mujer escribe la gente asume automáticamente que es algo muy personal, que no podías estar pensando en vidas diferentes… es algo raro, porque si un hombre escribe un libro se piensa “¡oh!, está describiendo la condición humana, es tan sabio…” pero si es una mujer se piensa “eso es muy personal, claramente está escribiendo sobre sí misma y su vida”. Pero eso es lo bueno de este libro, que es tan rudo y vulgar… que nadie me ha dicho, nadie ha asumido que esa soy yo, gracias a dios… Pero sé de otra gente que a lo mejor hablan de cosas domésticas o una historia de un affair y la gente piensa… “¡ah!, ha sido ella, ha debido tener un affair…”. Una amiga mía tiene un libro que saldrá el año que viene en el que ha escrito sobre una mujer joven que tiene un romance con un hombre más mayor y le da miedo que la gente, los lectores piensen que la mujer joven es ella y que haya ocurrido ese romance cuando no es verdad… es interesante, ¿no?

-Claro, a veces se tiende a confundir a la voz narrativa con la persona que hay detrás…

Últimamente las voces femeninas, las escritoras, han sido muy valientes e interesantes y han escrito sobre cosas muy complejas, con personajes terribles o historias terribles y es increíble ver eso. Me siento muy feliz de ver que la literatura escrita por mujeres se ha vuelto más valiente y más interesante… Una autora llamada Joanna Walsh tuvo una iniciativa que empezó en twitter llamada hashtagwomen. Quería que la gente se fijase en sus hábitos lectores y si no leían a suficientes mujeres, que lo dijeran. Yo pensé claramente “leo a muchas mujeres”, pero fui a mi librería y vi hombre, hombre, hombre… mujer… y pensé “no leo a suficientes mujeres” y creo que es algo que también debemos hacer, leer a más mujeres, porque hay historias muy interesantes en la literatura escrita por mujeres.

-¿Qué libros suele leer?

-Ahora leo mucha ficción traducida porque creo que hay muchas historias irlandesas y puede resultar cansado después de leer eso mucho tiempo. Estoy intentando leer cosas de otras partes del mundo, ahora mismo estoy leyendo cosas de Corea… me gusta leer libros que supongan un reto, difíciles, con temas difíciles, muy realistas y en los que los personajes son miserables, porque me gusta que la lectura me haga también sentir miserable a mí… es algo raro… así que me gusta la ficción que sea un reto. Además estoy tratando de leer a más escritoras…

-¿Es tan diferente la literatura masculina y femenina o suficientemente distinta como para pedir esa distinción de literatura solamente femenina?

-No creo que la calidad o las historias sean diferentes, pero creo que los lectores, sin saber, piensan a menudo que las historias escritas por hombres son más importantes o que son más literarias, especialmente en mi país, donde pensamos en los grandes autores irlandeses, son todos hombres. En Irlanda tenemos un poster de escritores que venden como recuerdo en tiendas de regalos, y creo que la mayoría son hombres, que solamente hay una mujer, y no es porque las mujeres escribiesen menos o las historias no fueran interesantes o tuvieran peor calidad sino que la gente pensaría, “es una mujer, no es importante”. Creo que, aunque no hay diferencias en calidad, el lector suele tiene una idea inconsciente de que las mujeres no escriben libros tan importantes como los hombres. Y creo que es algo que debe resolverse. Los lectores deben preguntarse ¿cuáles son mis libros favoritos, son todos de hombres? O, si tuviera que recomendar un libro ¿recomiendo solamente a hombres?

-¿No cree que al acercarse un lector a un libro puede sentirse condicionado por quién lo ha escrito, que si realmente lo leyese sin conocer al autor sería una mejor lectura?

-Es algo muy interesante. Igual los lectores sin saberlo, de manera inconsciente y sin querer, juzgan las obras o al autor, antes incluso de leerlo, en las librerías, por la apariencia. “Oh, eso parece romance, no voy a leerlo, no es importante”. Es lo bueno de leer literatura traducida porque a veces no se entienden los nombres y no se sabe si es un hombre o una mujer.

-¿Piensa que en ocasiones las traducciones pueden distorsionar una obra, que pueda no resultar lo que usted en primera instancia quiso decir?

-Los traductores son increíbles y la traducción literaria es un arte por sí misma. No es solamente “este es mi libro, tradúcelo”, se tienen que comprometer, tienen que ver la manera de captar, por ejemplo en mi caso el humor y hacer que el modo en el que resulta en Irlanda resulte igual en España. Es un arte. No me preocupa. Los traductores son geniales.

-El humor es una parte importante de la vida, de la cultura, no solamente de la literatura…

-¡Claro! Es un idioma universal. Tengo mucho interés en otros países y creo que aprendemos mucho cuando vemos a gente de diferentes partes del mundo. No solo es la literatura y la traducción, deberíamos ver la pintura de otros países, la música, las películas… La cultura es un nexo en común y definitivamente somos todos parte del mismo mundo.

-Y hablando de la necesidad de hablar de gente corriente. ¿Se siente conectada con el realismo literario?

-Es en lo que más interesada estoy. Es lo que me gusta leer y sobre lo que me gusta escribir. Realmente no sé en qué tipo de cosas estaré interesada o qué me interesará leer en diez años, pero por ahora sí, quiero escribir sobre cosas que sean muy realistas, sobre cosas que tengan que ver con la vida real. Nada romántico, nada demasiado llamativo o bonito, eso es en lo que estoy interesada.

-¿Cree que el lenguaje a veces considerado popular, o incluso vulgar, nos da una visión más certera de la realidad, en términos lingüísticos?

-Hay mucho de eso. Me gusta escribir en la lengua vernácula, en el modo en el que la gente habla. Creo que la manera en la que los irlandeses hablan su lengua es muy interesante, una manera muy vívida y fascinante de hablar inglés, muy divertida, hay mucho humor y es genial para mí usar ese tipo de inglés. La voz vernácula es muy importante para mí. No me importa ser un poco vulgar; lo vulgar es bueno, y si estás escribiendo realismo literario, necesitas escribir en vernáculo, algo un poco vulgar.

ANDREA PACHECO

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